miércoles, 13 de mayo de 2020


Arquitectura efímera

-Mi hija jugueteaba con su cubo a unos escasos quince metros de la orilla. Hincó su pequeña pala en la arena y, tras varias generosas paladas, rellenó completamente su balde que, con una veloz maniobra volcó sobre la superficie dejando la forma de su recipiente y creando la cuarta torre de su efímero complejo de torres, muros y fosos.

Imaginaba que las torres eran módulos separados de una gran mansión que miraba al mar, y que los fosos eran sus piscinas. Por un momento deseó con todas sus fuerzas que fueran de verdad.
De improviso, toda la playa comenzó a oscurecerse. Miró hacia arriba y observó cómo el sol se escondía tras el círculo de la luna, formando un arco brillante en sus bordes que dejó sumido por momentos a la playa en la más absoluta oscuridad. A los pocos minutos, volvió a asomar tras la luna y la luz inundó nuevamente toda la playa, para enseñar cómo mágicamente la efímera construcción de la niña, había mutado en una inmensa mansión real de cuatro recios edificios con su propia piscina cada uno de ellos y altos muros que, tal como había deseado se habían hecho realidad.
…y éste, señor juez, es el origen de este patrimonio al que usted se refiere.
-¿Un eclipse?.- preguntó sorprendido el juez.
-Ummm… sí.
-Al menos, ha sido usted original, señor alcalde.
-¿Serviría como atenuante?.
-No.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Un seguidor decepcionado más...

Sin considerarme en mi vida un futbolero fanático, tan solo un seguidor tibio y un madridista "simpatizante" tengo que reconocer que el fanatismo se pega. La solidaridad obtusa que emite el que se defiende de la derrota de forma acalorada y con ataques varios, a menudo muy poco juiciosos, considero que es muchas veces tan pegajosa que he de forzar mi imaginación y vestir a mis jugadores de azulgrana para poder ver con claridad qué es lo justo y qué es lo inventado.
Discutir sin ningun rubor teorias conspiratorias como Villaratos y ahora Platinatos es muy normal visto entre aficionados que a modo de compadreo y entre amigos tienen que defender fuera del campo lo que sus jugadores no han podido dentro, declarándose a menudo auténticas batallas dialécticas en pos de la victoria moral. Lo que clama al cielo es oirlo en boca de profesionales que dicen llamarse periodistas deportivos, en corros de debate llámese Futboleros o Punto Pelota, (con honrosas excepciones donde la ética impide ir más allá de su honestidad) donde salvo por el contenido,  pareciera que presenciamos una sesión del lamentable "Sálvame" y  llega incluso a ser igual de insoportable desde los decibelios hasta el argumentario. Presenciar cómo señores dañan adrede su propia credibilidad cerrando los ojos y su propia inteligencia ante repeticiones de jugadas y demás evidencias que le quitan la razón es cuando menos desconcertante. Es como el chiste que habla del hombre al que su mujer sorprende infraganti en la cama con otras dos mujeres y a la pregunta airada de qué hace con dos mujeres en la cama él contesta -¿Qué mujeres? yo no veo ninguna.
        Mucho se ha hablado de José Mouriño este último año. Reconociendo que nunca fue santo de mi devoción, he de decir que el paso de la etapa Pellegrini a la etapa Mouriño tenía bastante sentido, siendo como era el entrenador del Inter de Milan que venía de arrebatar al Barca la oportunidad de disputar la final para ganar su cuarta champions y que finalmente ganó; sus exitos indiscutibles con equipos como el Oporto, con el que ganó una Champions o el Chelsea con el que a punto estuvo de pasar a la final el año anterior a su etapa Inter en una semifinal en la que cayó con un grandísimo Barca, hacían de él uno de los candidatos más evidentes y preclaros del momento para sustituir a Manuel Pellegrini al que, aunque sectores de la afición valoraban su trabajo en liga donde había dado batalla al Barca, no perdonaban la eliminación en octavos ante el Lyon y la sonrojante eliminación copera ante el Alcorcón, teniendo a mi entender mucho que ver el acoso y derribo en toda regla que medios como el diario Marca que, encabezado por su director Eduardo Inda, y debido a que, supongo, no les cayó en gracia el perfil poco estridente de Pelegrini, que nunca decía una palabra más alta que otra, se dedicaron a minar su autoridad y criticar día sí y día también sus decisiones, hechos que me parecieron lamentables cuando ya fuera del Real Madrid continuaban desprestigiando sin motivo su imagen.
Mouriño fue uno de los candidatos, no el único. Entre ellos figuraba Arsene Wegner, entrenador del Arsenal que había cosechado algunos títulos muy meritorios en Inglaterra trabajando desde la base con el equipo y consiguiendo un futbol bonito y vistoso ademas de efectivo. Entre las razones que truncaron su fichaje existe uno principal que fue el hecho de que Wegner exigía control en los fichajes y demás poderes que a juicio de Florentino excedían las responsabilidades a otorgar, según su criterio, a la figura del entrenador del Real Madrid. Jorge Valdano, como director deportivo también sería apartado de sus funciones en tal caso, lo que no entraba en los planes del presidente que decía algo así como "Demasiado poder para una sola persona. El Real Madrid no es el Arsenal". Lo curioso del caso es que finalmente el escogido fue Mouriño y con o sin consentimiento, por acción u omisión de los responsables del club ha conseguido aglutinar más poder dentro del Madrid en un año del que probablente podría haberlo cosechado Wegner en todos los años de contrato que le hubiesen ofrecido.
Ha sido impresionante a mi modo de ver la polarización de los medios deportivos que, tanto los madridistas vease Marca o As como los culés, vease Sport o Mundo deportivo, le han dedicado más portadas y han rentabilizado más su fichaje por el Madrid que el propio Real Madrid, lucrándose ambos con la polémica y el desconcierto que suscitaba su figura.
Mi primer recuerdo de futbol fue el codazo de Tassoti a Luis Enrique, ahí enfrenté la idea de justicia. Luis Enrique era la víctima y por extensión la selección española y yo. Desde entonces creo que interioricé profundamente un sentimiento de honradez deportiva, "no me pongo a romper narices porque no me gusta que me rompan la mía". Desde que Tassoti nos partió la nariz a todos y encima nos eliminó del mundial se nos quedó cara desfigurada y de tontos. No fue un buen trago ni fue ni justo ni honesto. Lo que quiero decir es que no me gustan las injusticias. Ni en futbol ni fuera de ellas. Quizás en futbol, al estar en ambientes sin más trascendencia que el propio juego la gente se suelta y se ve de qué pie cojea cada uno, como aquello de que en la mesa y el juego se conoce al caballero. Pues bien, la idea era que el Madrid era un caballero muy competitivo, educado buen ganador y buen perdedor. Pues bien, resulta que en un año con Mouriño se me ha venido el mito al suelo.
Mouriño ha conseguido hacerme sentir verguenza ajena y verguenza de ser seguidor del Real Madrid. Yo defiendo que el equipo luche y pelee, lo que no puedo defender es ver a Arbeloa y a Marcelo pisando con muy mala intención a Villa y Pedro respectivamente. No lo puedo aceptar por mucho que éste último, junto con Busquets sean el dramatismo teatral personificado. Así como tampoco puedo aceptar que Mouriño llore día sí y día también en las ruedas de prensa. ¿Es posible que siempre hay alguien a quien echarle la culpa?. ¿Qué estará pensando el bueno de Pellegrini, al que culpaban de todo, en estos momentos?. Quizás se le haya roto la nariz de golpe. ¿Dónde está el sr Inda ahora reclamando responsabilidades a Mouriño por ser el responsable del equipo?, ¡está en la puerta de la Uefa llorando como Mouriño. vergonzoso!. Mientras Mouriño se inventa alguna treta para burlar la responsabilidad, no habla de futbol, y así pasa el tiempo y encuentra el caldo de cultivo idóneo en periodistas fanáticos que dan pábulo a su ego y sus intereses. Nadie le pide responsabilidades ante el espectáculo que se da a diario en las ruedas de prensa ni Florentino su presidente, ni Valdano al que se " ha comido" en pocos meses, cosa extraña siendo como es su jefe, ni la afición, ni los jugadores que dicen lo mismo y defienden sus mismas teorias conspirativas, lo cual es sorprendente viniendo de Iker Casillas o de Xabi Alonso, jugadores a los que se les presume cordura y sensatez y tienen un peso muy grande en el vestuario, a los que se les ve abducidos y pronunciando de su boca la "palabra de mou".
Sin duda el partido de ida de la semifinal estuvo marcada por la expulsión de Pepe, para mi no fue roja. Fue una amarilla bastante naranja pero si soy sincero conmigo mismo, aunque me fastidió más que a cualquiera, no puedo decir que me sorprenda que haya sacado la roja. Cuando se juega al límite como lo hacía Pepe soltando la pierna de esa manera, como lo hacen los equipos de Mouriño no es difícil que te saquen una roja. El árbitro se equivocó y por su decisión quedó el Madrid con diez jugadores  y cayeron dos goles que a la postre serían insalvables en el Camp Nou. ¿bueno, y qué?. Los árbitros siempre se han equivocado y se seguiran equivocando para alegría de unos y enfado de otros, pero es más, creo que si analizaramos las jugadas una a una el Madrid se podría haber quedado sin alguno menos, no solo con Pepe al igual que en otros tantos partidos, pero claro, como Mouriño ya nos habia adoctrinado en contra del arbitro...
Aborrezco esta manera de ver el mundo del futbol. Me da verguenza ver a mi equipo dando patadas sin tino como si fueran equipos marrulleros de segunda. Mi equipo, el Real Madrid, fue el que salió a ganar en el Nou Camp y que no pudo pasar, no pq le anularan un gol al Madrid que tampoco tenemos razón en eso, fue falta de Piquet y tarjeta amarilla, lo incomprensible es que encima le pitara falta a Ronaldo, ni pq el arbitro fuera casero que lo fue y mucho. Fue irritante. Perdimos porque el Barca fue mejor y se lo mereció más que el Madrid y además le ayudó el árbitro pero... ¿y qué? esto es futbol. El otro día escuché que el gol contra la Juventus de Turín que marcamos en la final de champions y que nos dio la séptima fue en fuera de juego. ¿y qué? es futbol. Jamás escuché a nadie de la Juve ni mucho menos del Real Madrid rasgarse las vestiduras como Caifás o reclamar ante la Uefa teorías conspirativas tales como las del famoso Villarato o Platinato. En fin, lamentable.           
Dicho esto, he de decir en cuanto a la actitud del mundo culé en este maratón de clásicos que, por mucho que insistan, por mucho que se obcequen en ello, ni Guardiola ni Cruyff inventaron el futbol y por mucho que saque pecho su afición, y se muestren dignos lanzando proclamas a favor de un fútbol con mayúsculas, defiendo que al fútbol se puede jugar de mil formas y llegar a la "excelencia" por múltiples caminos. No me vale escuchar al mundo culé alarmado y preocupado porque el Real Madrid no fuera fiel a su estilo, porque el estilo del Real Madrid debe ser ante todo el estilo de la competitividad. Lo que no es de recibo es hacer el ridículo recibiendo palizas cada año para el deleite de la parroquia culé.
Para terminar diré que,  de Mouriño no condeno su planteamiento dentro del campo en los dos primeros partidos de los clásicos, ni siquiera en el de la ida de las semifinales donde salió a verlas venir. Entiendo sus motivos. Entiendo que este Barca se ha ganado a pulso que lo respeten y también se lo ha ganado a costa de planteamientos del Real Madrid "valientes" de donde salió apalizado este último. Lo que yo condeno de Mouriño es la verguenza de después del partido, de los desplantes a compañeros de profesión como Preciado que, ¡oh, qué caprichosa es la justicia! contesta al Real Madrid a través del Barca con un 5-0 escandaloso y, al que además otorgó la gracia de sacarle a patadas de la liga. Lo condeno por el desatino de las ruedas de prensa, de los comentarios antideportivos de su segundo y demás acólitos y de todo el mundillo de periodistas que son antes seguidores fanáticos que honrados profesionales. Ya está bien de tanta estupidez. Mouriño no representa al Real Madrid. Al menos no al mio.